90210: Recap 2×13 "Rats and Heroes"

Debo aplaudir a rabiar a I Know What You Did, un actor y un personaje al que deben retener en el show todo el tiempo que puedan. El tipo interpreta a un psicópata con la precisión de un relojero. Qué diferencia entreéste pájaro y esa desnortada Ashlee Simpson en la serie vecina. En fin, que I Know What You Did ya se ha puesto a maquinar como los buenos psicópatas que la vieja Sensa nos dio de vez en cuando (Emily Valentine, Tara…) y el tipo (y, por extensión, la serie) funciona como un tiro. Me encanta cómo mangonea a Annie, cómo le devuelve la jugada de la droga en la taquilla a Navid (aunque esto se veía venir) y cómo, con una actuación controlada, se ha ido haciendo poco a poco con un show. Dejemos crecer a este tipo y que, en la tercera temporada, intenten con él el numerito de la redención (pero que obviamente será una fachada bajo la que oculte nuevas maquinaciones… oooh, I´d love it so much!). Un pero: por muy psicópata y por muy “indie” que sea alguien, no me creo que tirar rocas a la playa sea su primer plan nocturno. Pero bueno, todo lo demás tiene mis aplausos.

La Drogas pisa el acelerador y se viene arriba quizá con demasiada prisa pero aprovechando bien sus secuencias: rollete forzado pero interesante con la hija de Bruce Willis y Demi Moore, a la que por fin le dan algo que hacer en esta serie. Y, maldita sea, ¿soy yo o esa tal Rumer Willis actually CAN ACT? Me encantaron sus secuencias juntas, y la presentación furtiva de Mandy Musgrave. Aquí hay temas que te quemas como diría Kiko Hernández. Por cierto, impagable que una chica de 16 años tenga tarjeta de visita. Y que sea del periódico de la escuela. Amazing, really.

Respecto a Liam-Nayomi, qué decir, que me han hecho gracia y me han interesado por primera vez en años. La trama de una pareja ansiosa que finalmente se encuentra y no tiene nada que decirse es real como la vida misma. A ver si esta gente sigue tirando por las historias con las que algún ser humano puede identificarse. Me encanta que, tras tanto drama, sólo tengan en común el sexo que exudan (especialmente Nayomi, que sin gabardina y en tacones me recordó por qué una vez me sentí atraído por AnnaLynne McCord). El milagro del episodio, y cuando realmente pensé “Dios mío, este capítulo me está divirtiendo”, fue cuando hasta La Novia Surfista me resultó soportable. Su diatriba sobre el cómic que estaba leyendo y la irónica frase de Nayomi de “Spoiler alert!” me hizo pensar en que, éstas dos, bien dirigidas y con un buen guión, podrían protagonizar excelentes peleas de gatas. Que La Surfista juegue ahora la carta de la amiga para acercarse a Liam es, por lo menos, soportable. Verla lloriquear y arrastrarse por los suelos como antes no era muy “alternativo”, que digamos.

A los que vi más perdidos fue a Silver y Teddy. Silver, que en el inicio de esta serie hubiera sido la que habría leído ese cómic raro y la que hubiese asustado a Nayomi, anda anulada entre Teddy y Dixon, con una madre muerta y poco llorada, y una personalidad de vacaciones. Sería interesante darle algo que hacer.  Aunque no nos pasemos de exigencias, para un episodio ya han arreglado muchísimas cosas. O al menos han puesto el pegamento para que el jarrón (que estaba hecho añicos) empiece a pegar.

Crucemos los dedos para que no sea un oasis en el desierto.

Brenda dice: «Un episodio ejemplar de lo que debe ser una serie teenager. Aún no nos llega a nuestra quinta ni a la suela de los zapatos, pero es un comienzo…»

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