‘Buena Conducta’: el lado perverso de ‘Remington Steele’

Hace tiempo ya que Canal TNT estrenó la serie Buena Conducta (Good Behavior). Hace unos días, aprovechando que la serie está en Sky, me terminé la primera temporada y tenía que hacer cierta comparación, me lo pide mi yo de cinco años.

Buena Conducta, es la versión oscura de Remington Steele. Yo era ultra fan de la serie protagonizada por Pierce Brosnan y Stephanie Zimbalist. Estaba obsesionada. De mayor quería ser detective, conducir un volkswagen descapotable como el de los protagonistas y vestir igual que Laura Holt. Me conformé con ponerle de nombre Remin a mi Baby Fever y con comprarme este año un sombrero parecido al que llevaba Laura.

La trama de Buena Conducta no tiene nada que ver con mi serie favorita de los 80, pero algo en la relación de Letty y Javier hace que me acuerde de Remington y Laura. En una tenemos a una pareja de criminales y en otra a una de detectives. Pero la tensión y los enfrentamientos entre esas parejas tienen algo en común: QUÍMICA. En mayúsculas, si.

Aunque cuando se habla de personajes con tensión sexual no resuelta se suele hablar de Remington Steele y del síndrome Luz de Luna (se cree que la serie protagonizada por Cybill Shepherd y Bruce Willis se arruinó cuando sus personajes se liaron) lo cierto es que Remington y Laura mezclaban negocios y placer continuamente y desde los primeros episodios. Letty y Javier tampoco se andan con rodeos. Las escenas de sexo llegan desde su primer encuentro pero eso no hace que la tensión desaparezca.

Letty y Javier creen son muy diferentes. Ella es una ladrona que acaba de salir de la cárcel y él un asesino a sueldo. Son dos criminales a los que une el azar y este no parece querer que se separen. Los piques entre ellos son constantes, y es todo un acierto el punto cómico que tiene la serie a veces, pero lo cierto es que ambos son muy similares.

Letty y Javier están marcados por un pasado que hizo que tomaran las decisiones equivocadas. Lo más importante para ellos es la familia, pero ninguno tiene una muy convencional. La traición y la decepción son los ingredientes típicos de sus cenas familiares. Al conocer sus trágicos pasados, poco a poco empiezas a sentir simpatía por estos personajes, que, no olvidemos, son una ladrona y un asesino a sueldo.

Sin duda Michelle Dockery y Juan Diego Botto son ahora una de las mejores parejas de la televisión y yo estoy enganchada a esa relación. Así que a seguir con la segunda temporada.

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Blog de WordPress.com.

Subir ↑