Krispy Kreme, ¡ese es el nombre del momento! ¡Son los donuts que llegaron para quedarse!… Bueno, a ver, en Estados Unidos llevan la tira de años y poco a poco, como con cuentagotas, van llegando a Europa, inoculando su dulce virus en nuestras venas, tan necesitadas ellas del puro placer circular. ¿Dunkin’ Donuts? Pssssé, vale, correctos. ¿Donuts de Panrico? Sí, el de azúcar y el de fondant son valor seguro, pero… ¿dónde está la magia? ¿dónde está la sorpresa? ¿dónde está, en definitiva, el puro charm familiar pero industrializado que te hace acudir una y otra vez a esas locas esferas agujereadas? ¡Oh, dulces donuts que trincásteis hasta a los marcianos de Mars Attacks! Vamos a hablar de los donuts de Krispy Kreme, que no suelen llevar crema y no son en absoluto crujientes.

Los doughnuts de KK (Krispy Kreme, no confundir con el Ku Klux Klan) nacieron en Salem (not that one), Carolina del Norte, que es donde se rodó Dawson Crece (síiiiii, y One Tree Hill), así que ya empezamos muy a favor de la marca.
Prensa: ¿Cómo os posicionáis al respecto de los donuts de Krispy Kreme?
Brenda Forever: A favor.
Prensa: ¿Solo porque nacieron en Norz Carolaina? ¡Es una razón ridícula!
Brenda Forever: Te rajaremos de arriba abajo, te vamos a desollar.
Los donuts de esta buena gente llevan alegrando estómagos vidas desde 1937, es decir, 81 años dale que dale toma que toma. El logo es un poco regulero (el «bowtie logo» fue creado por Benny Dinkins, arquitecto amigo del fundador Vernom Rudolph) y el producto no deja de ser un dónut como otro cualquiera, pero las reviews de YouTube y las comparativas del The Odissey o Eat This Not That no pueden mentir: estas son las rosquillitas mágicas, las mejor rematadas y las más «sanas» del mercado (tómese esto con la prudencia debida: si comes 12 donuts del tirón, MORIRÁS).

A mí me llamaron la atención tras ver su obscena (y por lo tanto gozosa) promoción en mi adorada película de los Power Rangers (película que, vuelto a insistir, es DIVERTIDÍSIMA, está hecha con UNA SOLTURA QUE ASUSTA y de la que ha salido, por ejemplo, una de las nuevas Ángeles de Charlie). Lo de los donuts Krispy Kreme en la peli no era product placement, era más bien movie placement, había que meter una película dentro de un gran anuncio de donuts. ¡Y cómo lo bordaron, yo es que entré hasta la cocina! ¡Quise introducirme en el fotograma y dejarme seducir por las falaces promesas de Rita Repulsa con tal de morder ese círculo esponjoso, señor y dador de vida!

De todo lo que he leído en Wikipedia, os destaco que la primera tienda se abrió en 1939 en Akron, Ohio (y a mí qué), que la compañía ha estado regida la mayor parte del tiempo por indeseables (o, al menos, por personas un poco pazguatas a la hora de planear estrategias de mercado y esas cosas) y que uno de sus dónuts más exitosos fue el “Cheerwine donut”, que es un donut elaborado con la bebida del mismo nombre originaria de Salisbury, North Carolina (se trata de una soda de sabor a cereza elaborada por la misma familia desde 1917 y que me encantaría probar, muero por estas cosas, MUE-RO). Sin embargo, uno de sus donuts que NO me gustaría probar fue el que lanzaron el 25 de mayo de 2017, el Krispy Kreme Jelly Bellys… oiga, guarradas no. Las Jellys tienen su momento, que no es encima o dentro de un donut.

Algo que diferencia a Krispy Kreme es su neón de «HOT NOW» que se enciende en el exterior de algunas de sus tiendas cuando acaban de hornear una nueva bandejita de donuts, ¡pero viva la vida! (En el Dunkin’ vienen ya todas las roscas fritas y horneadas en un camión gigante a primera hora de la mañana… it’s not the same).

El primer KK en abrir en Europa fue en Londres, en el Harrods (aunque chaparon pronto) y se pueden encontrar fácilmente en los supermercados Tesco de todo el Reino Unido. Resulta que acaban de abrir un establecimiento en Dublín y que en la inauguración dieron donuts gratis hasta al apuntador, ¡y yo en mi casa comiendo fruta! ¡Estúpida fruta!
Bonus extra: Los irlandeses descubren los donuts de Krispy Kreme, priceless.
