El piloto de Aquaman comienza con Lou Diamond Phillips Jr. haciéndole la broma al pequeño Arthur Curry de que “debes ser medio pez”… y en esta línea de sutilidad se mueve todo el episodio. Nació cuando Smallville todavía estaba en emisión y es evidente que está hecha con la misma plantilla, no en vano los guionistas son los mismos: Al Gough y Miles Millar. Pero si en aquella podías poner a Clark Kent en cualquier situación/trama y siempre te dejaba un momento superheróico (una carrera muy rápida, un salto de 1.000 metros, una visión de rayos X), aquí tenemos a un superhéroe al que o lo pones a nadar o se nos cae el invento.

Y esas secuencias del tío bajo el mar haciendo dobles tirabuzones deben costar una pasta (en el piloto –la carta de presentación de una serie- apenas hay un par de peleas y una carrera CONTRA UN HELICÓPTERO). Que sí, que pueden hacer truquitos para ahorrar dinero (no olvidemos cómo “volaba” Superman en Lois & Clark –Dean Cain salía de plano, Teri Hatcher miraba al cielo y sonaba un efecto de viento-) pero si el poder principal de este tipo es que nada a supervelocidad y puede comandar a los peces y toda la pesca, no queda otra que enseñarlo en pantalla. ¿Sería porque les saldría muy cara que la CW optó por no comprar la serie en 2006?

En 42 apretados minutos nos cuentan cómo “A.C.” (Justin Hartley, el Green Arrow de Smallville), dueño de un chiringuito de playa de día y rescatador de delfines capturados ilegalmente de noche (“sentí que me llamaban”) descubre que es el Príncipe de Atlantis y que tiene unos poderes que flipas y que debe hacer caso a su “true calling”, como le dice Ving Rhames, que hace de mentor que sabe TODO EL ORIGEN del héroe pero prefiere hablar en hipérboles envueltas en misterio (“si miras a lo más profundo, esto te acaba devolviendo tu verdadero reflejo…”).
En medio de esto tenemos a una Sirena Mala (uñas largas = EVIL) encarnada por la Wonder Woman por un rato Adrianne Palicki, una aburrida trama del FBI investigando Atlantis y el misterio del Triángulo de las Bermudas (donde palma la madre al inicio del episodio) y unos colgantes de caballitos de mar que se iluminan y… mirad, esto de los colgantes no lo entendí muy bien.
Lo que más me ha gustado del piloto es cómo intenta vender con humor esa trama super-loca y salvaje de civilizaciones ocultas y reinos submarinos (AC le dice a Ving Rhimes que si en esa Atlantis de la que él es Príncipe también viven La Sirenita y el Capitán Nemo) y cómo deja abiertas varias incógnitas que iría desarrollando con el tiempo (¿qué le iba a contar la madre a Arthur justo antes de morir?). Ah, y Arthur despertando sobre el lomo de la ballena y descubriendo a varias ballenas más alrededor, como si cuidaran de él… Beautiful.

Lo que menos me ha gustado es esa tempestad final un poco cutre (entre eso y que la calidad de imagen donde he visto el piloto era un poco regular…) y que despacharan al pobre Alan Ritchson con un “hemos decidido ir en otra dirección” (este fue el actor que dio vida a Arthur Curry en Aqua, el episodio con más audiencia de la quinta temporada de Smallville).

Como dato divertido, os dejo algunos de los títulos de coña que pensaron los lectores de la revista Wizard para la serie de Aquaman (conocida como Mercy Reef antes de que subieran el piloto a iTunes): Arthur’s Creek. Beverly Hills H2O, The O.C.ean, One Sea Hill, Veronica Marsh… Tenéis una entrevista con el director del episodio piloto en este link y un podcast donde hablan de lo que pudo haber sido y no fue pinchando aquí.
Si queréis meteros en vena una serie teen que no pasó de sus primeros episodios, os recomiendo Hidden Palms, un Dawson’s Creek meets The O.C. meets Twin Peaks que es, cuando menos, curiosa. Y sale Amber Heard, que es… Mera en la película de Aquaman (estreno 21 de diciembre). TODO ESTÁ CONECTADO.


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