Ahora que sabemos que Allison Mack, la actriz que dio vida a Chloe Sullivan en Smallville durante una década de nuestras vidas, se dedicaba a marcar a personas como si fueran reses para esa extraña secta sexual en la que estaba metida… ¿qué debemos hacer con Chloe?

Porque los temas serios (qué debemos hacer con ella como persona, si mandarla a la trena 37 años o 377, quizá lo segundo) deben ser debatidos en otros ámbitos, pero en una web llamada Brenda Forever, donde hemos hablado en varias ocasiones de Smallville (serie que mantuvo viva la llama de Superman antes de Brandon Routh y Henry Cavill y las peleas con Batman y las resurrecciones y la pelea a pecho descubierto con la Liga de la Justicia y todo eso), tenemos que plantearnos cosas pertenecientes a la ficción, y del tema Chloe Sullivan nadie está hablando. Vamos al lío:

No propongo que se elimine de la existencia a Chloe Sullivan y que se lance una nueva edición en Blu Ray de las 10 temporadas de Smallville con una otra actriz sustituyendo a Allison Mack en todas las escenas en las que aparezca esta (lo que hizo Ridley Scott con todas las escenas que había rodado Kevin Spacey para aquella peli que no me gustó demasiado pese a que saliera Michelle Williams). Todo lo contrario, a mí el personaje de Chloe me encanta y que sea ella la que abra y cierre el último episodio de Smallville me pareció absolutamente adecuado, ella fue siempre el hombro en el que llorar de Clark, uno de los pilares de su fundación como héroe, y fue una de las mejores cosas que nos dejó la serie. Tanto gustó el personaje que desde DC decidieron incorporarla al canon oficial de Superman y empezaron a incluirla en los cómics (al menos en uno).

Recuerdo igualmente un breve guiño en Man of Steel (una estupenda película de Superman, potente y con personalidad, a la que solo le faltaba una pizquita de humor y algo más de magia) en el que un negocio local de Smallville llevaba el apellido de la familia “Sullivan”. Nos toca como espectadores tomar otra vez la difícil decisión de “separar al artista de su obra”, ahí están los casos de Woody Allen, Roman Polanski, las producciones de Harvey Weinsten y tantas y tantas películas y series de televisión que nos exigen distanciarnos de las personas que las han realizado para fijarnos únicamente en los actores y directores que las han interpretado o dirigido.

Os seré sincero, no he vuelto a ver Smallville desde que se emitió su último capítulo, no sé cómo aguantará la serie ni cómo reaccionaré ante la dulce e inocente Chloe cuando aparezca en pantalla… y marque a una de las vacas de la granja de los Kent con una vara ardiendo de metal. Ya lo decía la canción de los créditos: Somebody saaaaaaaaaaave meeeeee…

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