En Pesadilla en Elm Street 2: La venganza de Freddy tenemos uno de los momentos más bestias de toda la saga: Freddy Krueger abriéndose paso dentro del cuerpo de Jesse, el protagonista, reventándolo desde dentro como si fuera un Alien y deshaciéndose de él como si fuera un despojo… ¿por qué es, entonces, una de las entregas peor recibidas de la serie? Pues porque es casi más una peli de “posesiones satánicas” que una secuela de lo visto en la primera parte.
En Pesadilla 2 “se ponen a inventar” (Freddy se pasa toda la peli persiguiendo a Jesse pero no para matarlo, sino para convencerle de que “mate por él”) y se cargan toda la mitología de Freddy: la banda sonora de Christopher Young ignora el tema clásico de Freddy compuesto por Charles Bernstein (¡y cómo se echa de menos!), no salen las niñas saltando a la comba a cámara lenta mientras cantan “uno, dos, canta a viva voz…”, ¡¡Freddy mata a la peña en la realidad y no en los sueños!!, hacia el final pasan olímpicamente de la garra de Freddy y le ponen las cuchillas directamente en los dedos…
Otro cambio notable es la cara de Freddy, el “cara pizza” ya no lo es tanto porque el nuevo encargado de efectos especiales, David B. Miller sustituyendo a Kevin Yagher, le da un look más oscuro en el que destacan los huesos de Freddy. ¿A cuento de qué tanto cambio?
Pues a cuento de que, tras el exitazo de la peli original, los responsables del invento aún no tenían claro lo que tenían entre manos: el Freddy “bromista” no llegaría hasta más tarde, el de la primera película era aterrador; la fórmula “pesadilla-realidad” aún no había sido firmemente establecida; los orígenes del personaje son difusos: ¿fue quemado por los padres en la famosa boiling room, que fue también donde mató a todos esos niños o era el bedel del colegio y no los mató sino que abusó de ellos?
Lo único claro es que Pesadilla era un hit y había que sacar una segunda parte cuanto antes. El guión no convenció a Wes Craven, que se bajó del carro rápido. Casi lo mismito hizo Robert Englund, a quien los de New Line no querían darle un aumento y a las dos semanas de haber arrancado el proyecto sin él tuvieron que soltar la pasta (el papel de Freddy requiere bastante más acting que el de un Jason o un Michael Myers –ver cuando en la fiesta en la piscina Freddy se abre de brazos y dice eso de “ahora todos vosotros sois mis niños”-). No sé si a Englund el guión también le daba yuyu ni si él podía explicar tanto cambio con respecto a la primera entrega…
… lo que está claro (porque él mismo lo ha confesado) es que el guión de David Chaskin tenía un mensaje gay oculto bien descubierto, a la vista de cualquiera con ojos en la cara (Jesse rechazando a la chica en su escena de magreo y pidiéndole cobijo a su colega en su dormitorio, la escena del entrenador en el club y más tarde en las duchas, la continua lucha interna de Jesse con su identidad y sus deseos, etc.). Dice el director Jack Sholder que no tenía ni idea. Yo me pregunto si el señor Sholder dirigió esta película con los ojos vendados y tapones en los oídos.
Os recomiendo que os leáis el artículo de la Wikipedia de la peli; en él se detalla con pelos y señales la pelea que han mantenido a lo largo de los años el guionista y el protagonista del film, el señor Mark Patton, al respecto de su participación en la película y el tono homosexual del relato (Mark Patton le pregunta al guionista si conoce el significado de “subtexto” porque aquí de “sub” no hay nada, es todo puro texto, jajajaja). Otra fuente de información buenísima sobre el tema es la entrevista que le hicieron al actor en Teenage Thunder (que además incluye un enlace a su crítica de la peli). En cualquier caso, hay que reconocerle al actor que encarna a ese chico asustadizo con una credibilidad y valentía asombrosa (y cómo suda el condenado, no he visto a ningún personaje de ficción sudar de esta manera, cada vez que veo Pesadilla 2 pienso en un asador de pollos de Moratalaz estupendo). Se dice que el intérprete se impuso al mismísimo Brad Pitt (y a Christian Slater y John Stamos) para conseguir el papel.
La película merece que le echéis un vistazo si alguna vez os interesó la saga Pesadilla en Elm Street. No me parece que esté mal dirigida, hay momentos bastante malrolleros y aún en momentos ridículos (Freddy apareciendo en mitad de una fiesta en el mundo real) se las apaña para crear imágenes bien curiosas: ahí están esos dos perros con caras humanas que guardan la entrada al “infierno” (la sala de calderas), la cruda muerte del profesor de gimnasia o ese Jesse descubriéndose a sí mismo con el guante de Freddy.
Además, se intenta mantener el misterio sobre el personaje de Freddy Krueger (no aparece ni un cuarto de hora en todo el film) y la pesadilla del autobús con la que se abre y cierra la película (sin ningún tipo de resolución o consecuencia en la realidad, todo sea dicho) siempre me ha gustado. Aunque esto quizá sea porque yo estoy muy a favor de cualquier película con autobuses de por medio. Y, bueno, luego está la escena de los canarios. Si no habéis visto la escena de los canarios, tenéis que ver la escena de los canarios. En serio, poneos la escena de los canarios.
brenda forever 
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