Bienvenidos a The Dark Corners of Netflix, una columna semanal donde viajaremos a los rincones más oscuros de la plataforma de contenidos digitales, o sea, a sus series y películas más chungas. A veces encontraremos verdaderas joyas y otras, quizá la mayoría, nos toparemos con productos a los que no habría que acercarse ni con un palo. Pero nosotros nos acercamos porque somos valientes, porque queremos protegeros del peligro y porque, por supuesto, queremos echar unas risas. Hoy nos adentramos en Looking Glass (2018).
He aquí una auténtica joya. Cuando le di a la pausa y descubrí que solo me quedaban 16 minutos de película casi me dio un soponcio. ¡¿Solo 16?! Quiero una serie de televisión de esto ya. Nicolas Cage, un motel de carretera con más secretos que la CIA, momentos inquietantes… quiero más de esto urgentemente. Una pena que cierren la película a la carrera, dejando bastante interrogantes, pero oye, qué buen rato se pasa. Looking Glass es un thriller de Nicolas Cage de baratillo, de estos que parpadeas y te ha estrenado cinco distintos, sí; pero con este te lo pasas pipa. Garantizo piponazo.
La trama es tan sencilla que emocionó a Spielberg: un matrimonio con problemillas se hace cargo de un motel para iniciar una nueva vida y dejar atrás sus movidas. A partir de aquí llegan clientes sospechosos, pasadizos secretos, sheriffs enigmáticos, regalos desagradables en la piscina… mirad, es un intríngulis continuo (que podría resolverse mejor, cierto es). Los actores están muy bien: Nicolas Cage (mucho más controlado que de costumbre y transmitiendo a tope), Robin Tunney (actriz que me chifla y que merece mejores papeles) y Marc Blucas (que empezó de novio bland de Buffy y ahora hace unos personajes secundarios la mar de ricos). Súper-recomendada.
Volveremos a explorar The Dark Corners of Netflix la semana que viene. Si tienes una recomendación oscura que hacernos que podamos encontrar en la plataforma, hazla en los comentarios.
brenda forever 
Deja un comentario