Bienvenidos a The Dark Corners of Netflix, una columna semanal donde viajaremos a los rincones más oscuros de la plataforma de contenidos digitales, o sea, a sus series y películas más chungas. A veces encontraremos verdaderas joyas y otras, quizá la mayoría, nos toparemos con productos a los que no habría que acercarse ni con un palo. Pero nosotros nos acercamos porque somos valientes, porque queremos protegeros del peligro y porque, por supuesto, queremos echar unas risas. Hoy nos adentramos en 10 to Midnight (1983).
De Charles Bronson he visto muy pocas películas; es más, siempre había sentido cierto desprecio por esa interpretación tan hierática del actor (lo que viene siendo ser un palo de escoba). Pero será que me estoy haciendo mayor porque cada vez veo con mejores ojos las interpretaciones tranquilas, reposadas, casi inmóviles (¿no es lo que lleva haciendo Brad Pitt toda su vida?). Así que una de polis y psicópatas, ochentera, de la Cannon, con el señor Bronson liderando el invento no tenía mala pinta.

Mirad, la investigación policial no tiene gran mérito y no es que indaguen mucho en la mente del psicópata para “comprender” el porqué de sus actos (esto no es Seven)… pero las miradas matadoras de Bronson, los ataques del psycho (siempre en pelota picada cuchillo en ristre) y la desbocada interpretación de este sujeto convierten a esta película en una cosa trash super-disfrutable. Como dato curioso, sabed que la peli se rodó en 1982, dos años antes de que empezara a usarse el ADN en las investigaciones policiales (¡¿pero cómo investigaba antes esta gente?!)
Volveremos a explorar The Dark Corners of Netflix la semana que viene. Si tienes una recomendación oscura que hacernos que podamos encontrar en la plataforma, hazla en los comentarios.

Deja un comentario