He’s All That: Alguien como tú… o como cualquier otro, la verdad

Alguien tendría que decirle a Elon Musk que llega tarde, que al robot para hacer «funciones humanas desagradables» ya lo han inventado. La patente la tiene Netflix, que ha creado un Mister Roboto para escribir el remake (despejada la duda: no es una secuela) de mi adorada She’s All That; y es que el guión de esta película ha sido escrito por una máquina, me niego a creer que el guionista de la película original haya escrito esta y se haya quedado tan pancho. Resumiendo: que He’s All That is not All That At All; o, en cristiano, que este remake no le llega al original ni a la suela de los zapatos.

La historia es la misma invirtiendo los géneros: ahora ella (Padget / Addison Rae) es la popular que hace la apuesta y él (Cameron / Tanner Buchanan) es el pringao anti-social con tendencias artísticas que se convertirá en cisne. Es que está todo: la apuesta, el make-over, la humillación en la fiesta, el duelo de bailes y hasta un rap/poema en mitad del instituto «contando cómo va la trama». No hay ni una miajita de originalidad, cero añadidos (¿¿la fiesta a lo Gran Gatsby??), nada nuevo que decir. Sí, vale, smartphones y social media a puntapala pero… ¿era necesario un remake de un clásico teen de los 90 tan solo para contarnos que «los chicos de hoy están enganchados al móvil»? Ya, ya sé que el objetivo real de la peli era obtener visionados en Netflix (he picado, lo han conseguido) pero, ¿no podrían haber hecho eso y, además, contar una historia sobre algo?

Supongo que la moraleja de la historia es que hay que ser «auténtico» y no vender una falsa imagen de uno mismo las 24 horas en las redes sociales… que ya es curioso que esta denuncia venga de un producto tan de diseño como este, que en cuanto rascas un poquito la superficie ves que no hay nada dentro. Se salva de la quema la aparición final de Matthew Lillard (no es spoiler, se anunciaba ya en la promoción del film como el director del nuevo instituto), que me arrancó una sonrisa (el tío está francamente divertido); el descaro con el que replican el duelo de bailes es fenomenal (ojalá ese meta-comentario en otras partes del film); y la aparición de cierta canción en cierto momento pues… LOS FEELS. Por lo demás, una comedia romántica adolescente absolutamente genérica, que no debe ser superior en nada a las cabinas de besos, las cartas a todos los amantes y las tropecientas de Noah Centineo.

Os dejo una entrevista con los dos protas, que son likeables y adecuados y están en sus marcas y hacen lo que se les pide pero… they are no Freddie Prinze and Rachael Leigh Cook.

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