A eso del minuto 18 del musical de Friends que tuve el gusto de ver en un teatro chulísimo de Dublín, hacen referencia a una de las series en las que participó Joey Tribbiani dentro de la propia serie, no sé si hablaban de Hospital General o M.A.C. and Cheese… la cosa es que me sacó una sonrisa. Lo mismo podría decir de esta parodia musical no oficial de una de mis series favoritas de todos los tiempos: es una tontería, pero te hace sonreír. No es, ni de lejos, un gran musical (ahora nos metemos en harina), pero para un público poco exigente (como la mujer que tenía a mi izquierda, que reía desaforada) es un espectáculo disfrutable. Es un grandes éxitos tocado por una banda de pueblo. Bien, vale, me recuerda a lo mucho que me gustan las canciones originales (y me dio unas ganas locas de enchufarme un par de capítulos en cuanto llegara a casa), pero no hay mucho más a lo que asirse. Sí, acabo de escribir «asirse». Voy a intentar explicar lo que más me gustó y lo que menos desde mi punto de vista de megafan de Friends y, también, fanático de los musicales. Pero antes de eso, ¿de qué va Friends The Musical Parody?
El musical es una especie de Bolero Mix 11 (vuestros padres lo entenderán) de todas las temporadas de la serie, mezclando de forma salvaje chistes y momentos de las 10 temporadas de la serie (los pantalones de cuero, no saben que sabemos que lo saben, PIVOT, las siestas de Joey y Ross… ¡hasta Paolo y Tom Selleck!) así como detalles de las vidas personales de los actores sin ningún hilo en realidad que los una, lo que para mí fue una gran decepción; más aún cuando la obra empieza con Gunther quejándose del poco diálogo que tiene en la serie (yo ya estaba fantaseando «¡¿Es la historia de la serie vista desde el punto de vista de Gunther?! I’m in!!»… lamentablemente, fue una idea que abandonaron, literalmente, a los 20 segundos). Y puesto que el argumento es inexistente, todo recae en los buenos o malos que sean los números musicales y/o el desempeño de los actores. Y es aquí, a lo de los actores, a dónde la obra se agarra muy fuerte para salvar el pescuezo. 
La actriz que hace de Rachel se saca de la manga la mejor imitación que he visto de Rachel Green en mi vida (y he visto algunas muy top). Me parece que la actriz replica a la perfección los tics e inflexiones de voz de Jennifer Aniston (nivel Brandon Routh-Christopher Reeve en Superman Returns), pero va un paso más allá y logra imitar el excelente timing cómico de la protagonista de The Morning Show. Me hubiera gustado deciros cómo se llama, pero en la web del musical solo hay datos de los actores americanos (además de enlaces a otras parodias que han hecho de Salvados por la campana, Padres Forzosos, Showgirls o Sensación de Vivir… vamos, tó lo bueno). Otro que destaca es el que hace de Chandler, que si bien físicamente no se parece ni en el blanco de los ojos, logra recordarnos al personaje con el paso de los minutos (además, en uno de los mejores hallazgos de la obra, es el mismo actor el que hace de Janice, que yo diría es la verdadera estrella del show a juzgar por el aplausómetro). Como nota negativa en el tema actoral debo decir que la que hace de Phoebe no consigue transmitir ni un poquito de la chispa de Lisa Kudrow, empresa complicada, sin duda.
Este es uno de los puntos fuertes y débiles de Friends The Musical Parody al mismo tiempo: cuando los actores clavan a los personajes, es de Matthew Perry o Courteney Cox de quienes nos acordamos, y cuando se alejan algo de ellos y tiene que lidiar con «texto original» (que ya es flojo de por sí) no tienen la más mínima oportunidad de lucirse. A este respecto, quiero recordar el brutal trabajo de Roger Bart como Doc Brown en el musical de Regreso al Futuro, que no solo toma de aquí y de allá de Christopher Lloyd, sino que añade cosas de su propia cosecha para crear un Doc riquísimo y complementario.
Lamentablemente, me pareció que las canciones no están a la altura. No hay ninguna que se te quede grabada, ninguna composición es especialmente original y, para más inri, al ser una producción no oficial, no pueden usar ni el tema de The Rembrandts ni ninguna otra tonadilla que sonara en la serie (especialmente sangrante es la reconversión de «Smelly Cat» en «Smelly Mum»). Sí que alabo que con el escasísimo atrezzo con el que cuentan (un sofá y echa a correr) se lo curran para mostrar creíblemente tropecientas situaciones distintas.
Esta parodia musical funciona más (cuando lo hace) como recopilación de highlights de la serie que como producción original con algo que contar o cantar. Echas unas risas, pasas hora y media simpática… y quieres volver a casa a ver a los originales.

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