A League of Their Own: Ellas dan el golpe pero bien dao en Amazon Prime Video

Ellas dan el golpe (A League of Their Own) es una de esas series amables y resultonas que, poco a poco, van quitándose capas de su propia cebolla para mostrar todo lo que llevan dentro; que en este caso es un poderoso mensaje anti-racista, anti-segregacionista y anti-homófobo; casi nada. ¡Y parecía que Las Beisboleras (así la llamamos en casa) era solo una cosilla de chicas-de-época-jugando-al-béisbol para pasar el rato! (NOTA: La descalificarán como «serie woke» pero «woke» es estar despierto, caerse del guindo, so joke’s on them!)

La serie va destapando sus cartas poco a poco, para cuando te quieres dar cuenta de que aquí hay más chicha de la que parece de primeras ya estás en el tercer o cuarto capítulo enganchaíto perdío y solo quieres ver el siguiente. Quizá la mayor virtud de la serie, o lo que a mí más me ha gustado, es que pese a ser una serie coral, Ellas dan el golpe no ve la necesidad imperiosa de mezclar las tramas de unas con las de las otras. Es decir, sí, por supuesto, las chicas forman un equipo de béisbol (las Peaches se inspiran en un equipo real de la primera liga femenina de béisbol profesional, que se puso en marcha cuando los hombres norteamericanos marcharon en masa a combatir en la Segunda Guerra Mundial) y sus dramas entran inevitablemente en conflicto en ese campo raro con forma de diamante (para la temporada 2 molaría un vídeo explicativo en blanco y negro, en plan reel para los cines de la época, con las chicas explicándole al público de fuera de EEUU las reglas del béisbol); pero no dejan de ser como aquellas secuencias de desayuno de Los Serrano o Médico de Familia, un «ordenar tramas» para que cada una siga su camino. Por lo general, o a mí me ha dado esa impresión, cada chica va a su bola (pun intended). Así pues, es como estar en una heladería e ir probando distintos sabores en cada episodio:

Que te apetece una historia de amor prohibido, pues te pones a tope con Carson (la maravillosa Abbi Jacobson, co-creadora de la serie junto a Will Graham); que te va más las barreras lingüísticas de las no-yanquis, pues ahí están Lupe (Roberta Colindrez) y Esti (Priscilla Delgado); que quieres ver cómo le va a la chica negra (Max, Chanté Adams) enfrentándose no ya a problemas raciales, sino a familiares y de género, pues ahí tienes toda su storyline de la primera temporada… La serie se ve fast and furious, está estupendamente realizada y empaquetada; y, lo más importante, muy bien escrita e interpretada. El último episodio de la temporada, si bien cae en algún topiquillo de los sport dramas, me parece ejemplar. Para la segunda temporada, dos peticiones: la primera, que metan alguna pelota real (el CGI canta un poquillo en ciertos momentos); la segunda, que sigan exactamente igual y no me hagan ni caso.

Si quieres un par de lecturas adicionales, te recomiendo el post de Fuertecito sobre la peli original (que tengo PENDIENTÍSIMA) del que debo destacar esta frase: «(…) entre ellas el reclamo indudable de Madonna, en la cima de su ochenteridad»; y esta entrevista con Abbi Jacobson.

 

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