Sick: Ghostface en los tiempos del COVID-19 (SIN SPOILERS)

Me pongo a los pies de Kevin Williamson; este tío me dio Scream y Dawson Crece, no hasi falta desir nada más. Lo quiero. Lo adoro. Lo idolatro. Cuando me enteré de que tenía un nuevo slasher llamado Sick, co-escrito con Katelyn Crabb (que según IMDB fue asistente de Williamson en la producción de Scream 2022, con lo que esta sería su incursión en el mundo del guión) poco menos que di botes de alegría. ¡¿El primer slasher de KW en una década?! Estaba como loco por la música. Así que gracias a… eeemmm… un viaje exprés a Estados Unidos a visitar a mi primo y así ver la plataforma Peacock, sí, eso… he podido verla. ¿Es buena, es mala, es regulera?… ¿¿y qué es eso de que la peli toca de lleno el tema de la pandemia y el coronavirus??

Estamos en 2020, en pleno arrase del COVID-19 en todo el mundo, con restricciones severas en Estados Unidos en lo que respecta a salidas al exterior (siempre con mascarillas -insertadas en la trama del film de forma menos «creativa» de lo que, creo, hubiera querido KW-), y dos amigas deciden hacer cuarentena en la cabaña de los padres de una de ellas. Luego viene un asesino y las acosa. Este es el argumento de Sick, dirigida con buen pulso y enseñando colmillo cuando toca (esa opening, ese tercer acto) por John Hyams, responsable de secuelas de Soldado Universal, capítulos de Legacies y The Originals, o el thriller Alone. Y respecto al guión pues correcto y ya. Y es que Sick es un slasher muy irregular, con una segunda mitad vibrante y llena de buenas ideas (la película cobra una vida nueva); pero con una primera mitad sosísima, con conversaciones que no van a ningún sitio entre las dos amigas, Miri y Parker (Gideon Adlon, ES-TU-PEN-DA, a la que recordaba de The Society, de donde salió otra Scream Queen-). La traca tarda mucho en empezar y, si no te armas de paciencia, puede que te la pierdas.

Lo del COVID-19 en un slasher: A ver, situar la acción en lo peor del coronavirus es interesante en el sentido de que si te acosa un asesino y quieres huir… ¡no puedes, porque fuera te mata la pandemia! Supongo que este era el punto de partida pero, al igual que el tema mascarillas-asesinos enmascarados, está a medio cocer y no aporta nada a la peli. Sick lo mismo podría transcurrir en San Valentín o en el Spring Break, no afecta al resultado final. Sí, vale, las chicas se saltan varias medidas anti-COVID y alguno podría subirse al #TeamKiller por esto, pero como gancho para sostener toda la película me parece flojete. Casi vería mejor situar el próximo slasher en una sala de cine y cebarnos en los pesados del teléfono móvil tal como denuncia Carlos Areces:

Sick no es un slasher original, ni redondo, ni una reinvención del género como Scream, ni de lejos; de hecho, se echa en falta ese sellito personal del guionista en el armazón de la película y en los diálogos y creo que es totalmente voluntario; que Kevin Williamson ha intentado huir de sí mismo lo mismo que las chicas del asesino de la peli: nada de metalenguaje, ni referencias pop (bueno, hay un par de guiñitos a cierta saga de terror que funcionan muy bien), ni adolescentes con las hormonas revolucionadas… Entiendo que no quisieras hacer otra Scream, pero ¡ojalá hubieras hecho otra Sé lo que hicisteis el último verano!

Apuntes finales: Blumhouse pone su logo pero llegó con la peli ya hecha; Yaron Levy, director de fotografía, participó en la serie de Scream de la MTV; hay un MOMENTAZO que no puedo comentar en el que, ahí sí, la película une los dos conceptos de manera gloriosa (slasher+COVID-19); y, lo último: en el film sale Dylan Sprayberry, que hizo de Clark pequeño en Man of Steel… ¿no sería genial que fuera el nuevo Superman que busca James Gunn ahora que ha crecido? Os invito a ver Sick y que me digáis si da o no el tipo como nuevo Kal-El.

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