
Love at first sight (La probabilidad estadística del amor a primera vista en su traducción al español) es la nueva romcom de Netflix. Su título en español, que es demasiado largo como para que nos entre en el titular, hace referencia a la novela que adapta de Jennifer Smith.
La película parece la típica historia de chico conoce a chica en un aeropuerto, ese lugar que ha sido escenario de un sinfín de comedias románticas, pero el desarrollo de personajes y sus tramas familiares hacen que esta romcom típica destaque de otras más recientes como Choose Love.
Aunque la historia de Hadley y Oliver no es interactiva gana en originalidad. Somos muy fans de Haley Lu Richardson y de su naturalidad, la acompaña como partenaire Ben Hardy al que hemos visto anteriormente en un rol menos simpático en Los Voyeurs. En un principio pensaba que la relación de esta pareja no me iba a interesar, pero pronto empezaron a ganarme cada vez que les iba conociendo un poco más.

Esta joven pareja se conoce de forma casual, ¿o es el destino como apunta la narradora interpretada por Jameela Jamil? Mientras las señales y los malentendidos les van uniendo, es la familia lo que hace que verdaderamente haga que se cree una conexión entre ellos y entre ellos con los espectadores.
Lo interesante de Love at first sight es que no solo trata la parte romántica sino que conocemos qué les ha llevado a tomar ese vuelo, sus traumas y sus problemas familiares. Las familias de ambos actúan de forma secundaria y sin embargo es gracias a estas tramas cuando verdaderamente empezamos a apreciar a los protagonistas.
Oliver se enfrenta a la enfermedad de su madre (Sally Phillips a la que hemos visto en Bridget Jones) y Hadley a la inminente boda de su padre (Rob Delaney) y al resentimiento de que dejara a su familia. Es esto lo que hace que ellos se enamoren y es esto lo que hace que queramos saber más de los personajes.
Si tuviera que ponerle una pega a la película sería el papel de la narradora y todo el tema del destino porque creo que es un tema que está en una película completamente distinta. Tiene sentido porque el personaje de Oliver está centrando en el mundo de las matemáticas y de las probabilidades, pero me saca un poco del resto de la historia que me parece mucho más interesante.

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