BENDER Y ZOIDBERG SE EMBARCAN EN UN VIAJE EN EL TIEMPO… ¿CON HILARANTES RESULTADOS?
Por algún motivo, empecé a hacer reviews de este revival (¿cuántos van ya?) de Futurama (por si queréis leer las anteriores: 11×01, 11×02, 11×03, 11×04, 11×05) y, mira por dónde, ahora la serie me ofrece un episodio cuyo título conecta directamente con mi pasado: Sé lo que hicisteis las próximas navidades. ¿Contendrá divertidos homenajes a Sé lo que hicisteis el último verano? ¿Podré ver algún guiño a mi querido Hombre del Garfio? ¿Acaso se mencionará, siquiera de pasada, a ex-trellas teen como Freddie Prinze Jr. o Jennifer Love-Hewitt? O, ya que estamos, ¿será todo el argumento del episodio una parodia del de la película basada en la novela de Lois Duncan? Y, lo más importante de todo ahora que lo pienso, ¿por qué necesito que un episodio de Futurama hable de uno de mis slashers favoritos de hace 25 años?
Que cualquier tiempo pasado fue mejor lo sabe absolutamente todo el mundo, especialmente aquellos que hayan dejado atrás la treintena, porque tendemos a ver de color de rosa (como las agujetas de la telenovela mexicana) cosas que en su momento no pasaban del gris, o el gris-blanquecino, si es que los grados de felicidad pueden medirse en cinturones (ficticios) de judo. Pero una vez asumida esta verdad, la de la mentira del pasado más feliz de lo que realmente fue, se me plantea la terrible cuestión de por qué NECESITO estos trips down memory lane tan a menudo, por qué necesito el refugio constante, por qué mis huidas son hacia atrás y no hacia delante… ¿será, quizá, no sé, me da que sí, que la crítica situación laboral por la que atravieso me suma en un mar de dudas y, en ausencia de respuestas convincentes o perspectivas tranquilizadoras, no me quede otra que forzar una felicidad falsa y pasajera creada por los alegres fantasmas del pasado? ¿Van a poder Leela, Fry, Bender y compañía liberar en mi cerebro la dopamina, oxitocina, endorfina y serotonina necesarias para conseguir engañar a mi… alma? Todo esto antes de darle al PLAY al episodio, imagínate luego, con los dibujos animados animándose…
El villancico final de Coolio está muy bien, y los repetidos intentos de Bender y Zoidberg por librarse del cadáver del Santa Claus robótico son tronchantes, pero el episodio no pasa de un especial navideño (¿emitido a finales de agosto?) justito. Y es que esta temporada de Futurama se está definiendo ya como un correcto, aplicado, nostálgico producto de marketing para reclutar suscriptores de Disney +, vía Hulu, pero que es perfectamente prescindible, incluso por los fans más acérrimos de la serie. Yo seguiré viendo la temporada con gusto, porque siempre me arranca una sonrisa (véase cuando Zoidberg grita: «¡la máquina del tiempo!» como solución para huir del Santa Claus robótico que les persigue y Bender… bueno, digamos que Bender sorprende con su interpretación de la frase), pero lejos quedan los días en los que sus creadores usaban cada episodio para reflexionar sobre nuestra propia existencia. Es solo una serie de dibujos, pero solía ser mucho más que esto. Parece ser que las grandes cuestiones de la vida, especialmente de la mía, tendré que seguir guisándolas, y quemándolas, on my own.
PD. Sí, hay un par de guiños a IKWYDLS 😉


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