Novio de alquiler, la romcom olvidada de los 90

Con el boom de Friends a Jennifer Aniston le empezaron a llegar papeles para el cine que la intentaban encasillar en la comedia romántica. A pesar de tener pequeñas joyas como Ella es única (con un papel secundario) o Mucho más que amigos (protagonizada junto Paul Rudd), no terminó de convertirse en la nueva Julia Roberts. Al menos en el cine. Una de estas comedias románticas era Novio de alquiler (Picture Perfect), que protagonizaba junto a Jay Mohr y Kevin Bacon.

Volví a verla anoche porque está disponible en RTVE (corred que está solo hasta mañana) y no la veía desde hace mil años, cuando la tenía grabada en VHS en versión original subtitulada, supongo que de una emisión de Canal Plus (si no tienes tantos años como yo, lo que era antes Movistar Plus).

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Primeras cosas que me han llamado la atención tras taños años. El personaje de Aniston, Kate, es publicista. El mundo del marketing parece que siempre ha sido un ambiente de interés para las comedias románticas, igual que el mundo editorial. Aquí, Aniston, es una joven publicista en sus inicios, con un salario de unos 40 mil euros anuales (que no he visto en la vida yo eso, hulio) y que a pesar de que las ideas de campañas son suyas, no recibe las cuentas que su empresa gana, ni ningún ascenso.

El motivo: no está casada y vive de alquiler, lo que su jefe traduce a que no tiene responsabilidades y podrá irse de la empresa cuando le plazca. Como si pagar el alquiler y comer no fuesen motivos suficientes para tener que aguantar un trabajo en el que te tratan como una basura. Su amiga Darcy sin embargo, está casada y se ha comprado una casa que no se puede permitir. Eso se aplaude.

Obviamente esto en 2024 está bastante desactualizado. Muchos de los que se dedican al marketing, especialmente al digital, no se pueden permitir tener una propiedad. Los alquileres son altísimos y en las capitales (que es donde suele estar el negocio) los pisos cada vez son más pequeños y más caros. Y olvidemos comprar, si a duras penas podemos pagar un alquiler, imagina dar una entrada para un piso.

Así que nuestra protagonista, Kate (Aniston), aconsejada por Darcy, finge estar prometida a un creativo audiovisual de videos musicales. Lo cierto es que es un chico random, Nick (Jay Mohr), al que conoció en una boda y que se dedica a grabar casamientos. Eran los únicos solteros de la boda y les hicieron la típica foto con el ligero y el ramo.

Esta mentira hace que Kate consiga sus dos principales objetivos, la cuenta publicitaria con su correspondiente ascenso y ligarse a uno de los tops de la empresa, Sam (Kevin Bacon), que siempre la rechazaba por ser demasiado buena chica. Típico Daniel Cleaver que no quiere ataduras, así que cuando comprueba que Kate está comprometida decide comenzar con ella una aventura.

La mentira parece funcionar hasta que Nick se hace famoso de la noche a la mañana por un acto heroico y comienza a salir en todas las televisiones. Antes la gente se hacía viral en la tele y no en los TikToks. Este hecho hará que Kate tenga que buscar a Nick y pedirle que le siga el juego. Ya podéis imaginar cómo sigue la historia.

Aunque ciertas cosas de la peli están anticuadas, lo que no, al menos para mí, es su moda. Los outfits del personaje de Jennifer Aniston son lo más. Uno de los looks ya fue comentado porque lo imitó la mismísima Selena Gomez.

Yo en particular quiero el vestido verde, pero no tengo ni idea de qué marca es.

En relación al marketing, la campaña que idea Kate me parece de 10. Tienen que recomendar una marca de mostaza que es la segunda más vendida. Así que tras horas de brainstorming, Kate tiene una epifanía: Cindy Crawford se graduó segunda en Bioquímica (según he leído, en la realidad no llegó a terminar la carrera), así que una imagen sería la de la modelo con la frase de «Si no has probado la número dos, imagina lo que te pierdes» y con letras pequeñas «Cindy Crawford se graduó segunda en la Universidad de Northwestern, especialidad en Bioquímica» y la siguiente imagen sería la de la mostaza y la frase: «La número 2 y no está nada mal».

Vale, la referencia a probar la número 2 refiriéndose a una mujer puede que sea un poco sexista, pero es que en esta peli tenemos otro ejemplo aún más descarado esta vez por parte de un cliente. Le propone tener a una modelo desnuda o aparentemente desnuda tapada por un bote de mostaza y el lema sería: «To spread» (Para untar). Una clientada de libro.

Dicho esto: ¿Habíais visto esta película o es la primera vez que sabéis de ella? Recordad que la tenéis disponible hasta mañana en la web de RTVE

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