Pues a mí me ha gustado la nueva Jóvenes y Brujas

The Craft Legacy (2020) es una peli de Zoe Lister-Jones (¡la actriz de sitcoms como aquella con Dawson y Maria de Roswell!) por la que no daba un duro porque, por mucho que la directora se confesara fan de la ya icónica película original, la cosa apestaba a operación comercial que tiraba p’atrás (ya, qué «recuela» no es una mera propuesta para sacar pasta, pero aquí el proyecto solo se puso en marcha tras el 20 aniversario de la Craft noventera…). Pero hete aquí, E.T. here, que me he encontrado con una película escrita con cierta sensibilidad, con un grupo de actrices protagonistas estupendas que hacen perfectamente creíble su amistad en pantalla (mención especial para esa Cailee Spaeny que luego ha demostrado lo crack que es en Priscilla, Civil War y que tiene a punto Alien Romulus); y con un par de giritos de guión y añadidos a la propuesta de la peli de 1996 que me han recordado un poco a ese remake de Carrie con Hit-Girl que reinterpretaba el material original con una sensibilidad y aristas distintas a la de la peli de De Palma, más acordes a la época en la que se realizaba (esto solo me gustó a mí y a un señor de Murcia, lo sé).

Muy guay, pero abajo a la derecha parece que se aburren…


Jóvenes y Brujas 2020 empieza como un remake para ir digi-evolucionando a praderas más verdes: que si el discurso woke (el «Steet Ulrich» de esta peli no se convierte en un perrito faldero de la prota tras su encantamiento, sino que se quita «las barreras del heteropatriarcado que le coartaban» y se convierte en un tío, básicamente, chachi), que si el feminismo y el empoderamiento (en esta peli las chicas no se pelean entre sí, la amenaza viene de fuera), que si la compleja relación de padres e hijos (con cierto peso en la peli noventera, pero creo que mejor explorado aquí sobre todo a través del personaje de David Duchovny y sus hijos -por cierto, que Duchovny acaba de sacar un podcast al que estoy enganchadísimo y que, entre su peli con Meg Ryan y esta, está viviendo a mis ojos un «Duchovnyreinnassance» o como se escriba)… un no parar de, para mí, buenas ideas, bien integradas en el concepto «jóvenes y brujas».

¿Algo que falta en la recuela? Problemas propios y desarrollo de cada personaje del grupo de amigas, no solo del personaje protagonista (en eso la OG gana de calle)


Una pena que todo el discurso que arma la directora (y guionista) acabe cayéndose como un castillo de naipes en ese (parcialmente) desastroso tercer acto, con unos efectos especiales de chichinabo (de lo peor que he visto) y un sospechoso recorte de tramas y personajes (¿cuánto material se ha quedado en la sala de montaje respecto a los hijos de Duchovny, el propio Duchovny y esa batalla female empowerment versus masculinidad tóxica a la que parecía destinada la cinta a lo remake Black Christmas de 2019?). Si te gustó la original, esto es una bonita versión que tiene, oh, sí, personalidad propia. Modosita, hasta donde le han dejado, pero propia. (regalito: fotos del rodaje de Michelle Monaghan)

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