Llego tarde (como a la recuela de Jóvenes y Brujas), pero nunca es tarde si la dicha es buena, o lo que sea. Y la dicha, en este caso, es buenísima. Estoy hablando (en riddles) de Escándalo, relato de una obsesión, la serie en la que Alexandra Jiménez (esta peli me reactivó mi pasión por ella y me puse con su escandalosa serie -y ahora quiero recuperar La pecera de Eva, por supuesto-) se lía con un teenager, sí, pero que es mucho más que eso. Ahora me explayo vigilante de la playo, pero primero te dejo el titular: no me enganchaba a una serie tan fuerte desde la segunda temporada de Prison Break (preguntadle a vuestros padres).

Pues resulta que Escándalo da lo que ponía en el bote y más, o sea, que el lío entre una señora de cuarentaitantos con un menor de edad está, ¡y ya lo creo que está!… venga a revolcones, y venga a jadeos, y venga a escandalazos… pero cuando la serie ya te ha dicho lo de «SEX, now that I have your attention…» es cuando empieza un culebrón absolutamente adictivo, maravilloso en su delirio, incansable en sus giros de guión; un disfrute total, vamos, una serie de esas de las de «me veo otro más antes de acostarme» y luego son las tres de la mañana y al día siguiente te caes de sueño y te salen ojeras y maldita sea por qué me habré enganchado a esta mierda. Muertes, chantajes, pasados ocultos, secretos, mentiras y cintas de vídeo. ¡Tó lo bueno! No sales de una y te metes en otra, un tetris de los escándalos, ¡todos encajan y siguen cayendo!
No importa tanto la verosimilitud de lo que se plantea como la verosimilitud con la que sienten y padecen todos los personajes; los actores de Escándalo son los que, para mí, elevan la serie por encima del placer culpable para convertirlo en… emmmmm… ¿un placer culpable con gente que parece estar declamando Shakespeare? Alexandra Jiménez, por supuesto, te hace empatizar con ella porque es una crack absoluta (y mira que el personaje es pa’ verlo); pero ahí están también el chaval (Fernando Lindez, muy bien), la hija de Alexandra, Ainara (interpretada por Eve Ryan, que espero que se convierta en una estrella en —CHECK WATCH— breve), el profe de gimnasia (un magníficamente empático Will Shepard); o la siempre excelente Celia Freijeiro (¿la visteis en Homicidios con Eduardo Noriega? ¡Vedla!). Serie rodada en Denia, por cierto, ¡qué bonita es Denia, la Capeside española, sí lo dije!

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