Me quemaría por dentro: La serie

¿No es maravilloso que la actriz que protagonizó el momentazo «Me quemaría por dentro» (ya sabéis, aquel capítulo de FoQ que entró en bucle repitiendo una y otra vez la misma frase) sea la protagonista de una serie llamada El cuerpo en llamas? No sé, a mí esto me vuelve loco, serendipia (… «creo que la palabra no significa lo que tú crees», que le diría Sydney Sweeney a Glen Powell en Cualquiera menos tú). Estoy hablando, claro, de Úrsula Corberó, que SE COME LA PANTALLA cada vez que sale, pero no es solo ella la que brilla y da esplendor al show, ahí están también Quim Gutiérrez (que a mí, personalmente, siempre me daba una de cal y otra de arena, pero que aquí lo borda); o ese tono entre lírico, poético y metafísico que le da cuerpo (en llamas) a lo que podría ser un producto de usar y tirar; o, sobre todo, la peculiar estructura de los capítulos.

Sinsajo: En llamas – Parte III


Y es que El cuerpo en llamas apuesta por ir saltando de atrás p’alante y viceversa para ofrecer una crónica (de sucesos) más exacta de lo que podría hacerlo si contara la historia de manera tradicional, es decir, lineal. Es verdad que al principio desconcierta un poco, pero una vez te haces con ello, creo que enriquece de manera notable el conjunto y el discurrir de la (trágica, escandalosa, dantesca) historia. Quizá en el episodio final la cosa pierde gas (reducir a un juicio, con señores hablando sentados en sillas, el final de todo esto es como rematar unos fuegos artificiales con petardos), pero la forma, emocionante sin dejar de ser elegante, como cuentan el crimen de la guardia urbana (por cierto, que ya tengo apuntado recuperar el documental del mismo título creo que en Movistar Plus) me ha tenido absolutamente enganchado.

Ojo que aquí ya lo estaba planeando todo, ¡atento!


Equiparo El cuerpo en llamas con Escándalo, relato de una obsesión en el sentido de que ambas series, si bien se centran en las más bajas pasiones del ser humano y español, tratan de elevarse por encima de sus «temas» para entregar un producto extraordinariamente realizado, guionizado e interpretado. Y, que no se me olvide, con dos bandas sonoras extraordinarias. Os dejo debajo el score de Escándalo, de Beatriz López-Nogales (el tema de Inés -el personaje de Alexandra Jiménez es simplemente delicioso-), que es el que tenía de fondo mientras escribía este post, pero en breve me pondré con la de El cuerpo en llamas porque tanto su composición original como su selección de canciones me parecen factores clave en el éxito de la serie. Oye, ¿he dicho ya que Ursulolita está brutal? Ha mejorado una burrada desde FoQ y me apetece hasta verla en la peli esa del avión con Kevin Hart. ¡Vete tú a saber!

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