Si La chica invisible (la de Disney +, no aquella de la Mtv) se sigue con cierto interés, pese a ser otra serie de crimen en pueblo chiquitito, es, sobre todo, por su chica protagonista: la maravillosa, la fantástica, la en absoluto invisible Zoe Stein.

La Zoe da vida en la serie a Julia, la hija de HIT (Daniel Grao, el poli) y, hmmmmm, a ver cómo lo digo… si alguna vez habéis visto el Inspector Gadget, ¿os acordáis de cómo la niña rubia de coletas era la que hacía todas las averiguaciones y resolvía todos los embolaos y el adulto era más torpe que un payaso con zuecos? Pues lo mismo. A ver, yo respeto mucho a HIT (quien, además de su atrevida metodología educativa, podría darme dos tortazos bien dados)… pero en La chica invisible la que parte el bacalao es la hija; la chica independiente, decidida, bien parecida, algo alternativa, un puntito dulce y siempre reticulada (que diría Lisa Simpson) que sabe lo que quiere y sabe cómo conseguirlo. Y que tiene un encanto innegable (cuando invita a bailar a Emi es una delicia verla). Y que investiga con una pericia que ríete tú de Nancy Drew.
Catalana (Barcelona, 2000) de padre alemán, Zoe Stein se fogueó como actriz en Londres y Berlín para pegar el pelotazo en Mantícora, la peli del controvertido (cuando menos) Carlos Vermut por la que fue nominada a Mejor Actriz Revelación en los Goya. Además, has podido verla en La Caza: Tramuntana, Besos al aire (también en Disney Plus) y tiene pendiente de estreno Forastera (largo basado en el corto que protagonizó en 2020) y la adaptación española de Dawson Crece… que no, que esto es mentira, pero hay que meter siempre un guiñito a los chicos de Capeside. Es bueno para el alma.

Por cierto, que aunque la serie no sea una adicción tipo Escándalo (yo la sigo reivindicando, quizá porque Melrose Place me trajo al mundo…), me ha gustado y espero que se haga realidad eso de que van a adaptar todas las novelas de la saga.

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