Lo verdaderamente divertido de Medina: El estafador de famosos, programa de cinco capítulos de Prime Video, es verlo sin saber nada. Tú le das al play y vas descubriendo quién es el tal Medina, qué es lo que ha hecho, y qué nos van contando todos esos famosos sobre sus encuentros con él. Al mismo tiempo, vas descubriendo que el formato del programa no es tan rígido como se nos sugiere al principio y que Jorge Ponce ha intentado, al mismo tiempo que nos da un True Crime, añadirle a la fórmula otros géneros televisivos como el (ya famoso) «making of al mismo tiempo que hacemos el producto final»… ¿el resultado de la mezcla? Un producto distinto y curioso, si bien no completamente exitoso; al menos para quien esto escribe (que es una forma dantesca de decir «yo»).

Venga, va, SPOILERS A PARTIR DE AHORA, si no quieres saber nada de Medina: El estafador de famosos stop right now thank you very much I need somebody with a human touch… El programa es un true crime más en forma que en contenido, con inicios y finales de episodio muy potentes, replicando exactamente la manera en los que se hacen estos programas… pero la carne de en medio, lo que le interesa contar de verdad a Jorge Ponce es lo otro, el programa dentro del programa, el «cómo les he vendido esta locura a los de Amazon y cómo nos lo estamos montando para sacarlo adelante». ¿Es lo suficientemente interesante como para quedarte atrapado en ella? A ver, confieso que a mí me tiraba más el concepto «true crime» y que me costó aguantar hasta el final una vez «descubierto el pastel». Pero me parece una travesura divertida, muy interesante, y muy bien hecha (si tras la entrevista con el redactor de ABC sigues adelante, estás dentro).
No creo, en cualquier caso, que la idea de tanto juego como para cinco capítulos, pero esto ya va en cuestión de gustos. Cuanto más se alejaba el programa de su punto de partida más me pesaban los minutos, pero aún dentro de esa sensación hay momentos brillantes y genuinamente divertidos. Jorge Ponce me parece muy bueno, es como ese pan de Bimbo que es de molde pero que puede aguantarlo todo. Veremos si hay secuela o sucedáneo porque el invento, desde luego, puede prestarse a muchas más tramas y casos…

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