Gracias a Calle 13, me tocaron unas entradas para ir a ver Better Man al cine, y posiblemente sea el mejor regalo que reciba este año, y eso que en unos días es mi cumpleaños. El biopic musical de Robbie Williams se ha convertido en mi favorito (aunque debo admitir que aún no he visto Wicked, pero Juan sí y os habló de ella aquí).
Robbie Williams es un mono. En la película, y si me dices que en la vida real también lo ha sido siempre, te creeré. Y es que lo que ha conseguido su director, Michael Gracey, con ese mono en CGI es increíble. Hubo un momento de la película en el que empecé a ver la cara de Robbie Williams en ese mono.
Aunque en Estados Unidos la película se ha estrellado en las salas de cine, y su público aún no se ha enterado bien de quién es este señor llamado Robbie Williams, os prometo que Better Man es una obra digna de verse en cines.
Better Man cuenta la historia de Robbie Williams en los años más significativos de su éxito como estrella del pop. Desde sus comienzos, cuando salió de un barrio humilde para formar parte de la banda Take That, hasta su concierto como solista en el Royal Albert Hall con su álbum Swing When You’re Winning.
Lo interesante de este biopic es que los momentos musicales y su apuesta visual son a la vez grandiosos y verosímiles. Consiguen algo que he visto en pocos musicales: que me crea que la gente en la vida real se ponga a cantar en mitad de la calle porque sí.
Aunque, sin duda, el alma de Better Man es la historia de Robbie y su honestidad. No ha tenido reparos en mostrarse como un villano en ciertos momentos y en reconocer sus errores. A la vez, ha conseguido que empaticemos con un mono que sufre depresión, adicción y que ve cómo su vida se le escapa de las manos en cuanto la fama llama a su puerta.
Viendo el descenso a los infiernos de Robbie Williams, te das cuenta de que muchas veces la fama, el dinero y cumplir todos tus sueños no son el remedio para acabar con tus demonios. Robbie Williams no deja de ser el pequeño Robert que se sentía un segundón. Williams ha pasado toda la vida luchando para mostrar su talento y confiar en él, mientras lidiaba con su síndrome del impostor que le decía que era una mierda.
La película ahonda de una forma brutalmente sincera en la relación con su padre, mostrando su sufrimiento por el abandono, pero también cómo llegó al perdón. Lo mismo ocurre con su relación con Nicole Appleton (cantante de la banda All Saints), de quien he salido completamente enamorada. Williams ha comentado que Appleton y su hermana Natalie le llamaron después de ver la película entre lágrimas, al ver las escenas más traumáticas sobre su relación. La historia de ambos en Better Man es extrañamente bella y trágica, y funciona como una disculpa por todo lo que Williams hizo mal durante los años que estuvieron juntos. El propio Robbie ha comentado que ver esas escenas es lo que más le ha costado, porque se avergüenza de cómo la trató y de la persona que era entonces.
Narrativamente, la película funciona como un tiro. Se han tomado algunas licencias creativas, y no todo lo que pasa fue tal cual en la vida real. Sin embargo, estos cambios son más formales que de contenido. La historia es real; el cómo, distinto.
Por no hacer spoiler, aunque no deja de tratarse de una historia que ya casi todos conocemos, los dos conciertos finales no están en orden, y la escena final más emotiva no ocurrió en ese momento, pero sí que ha habido momentos en los que pasó algo similar. Os lo enlazo aquí para quien quiera ver el momento real y no le importe el spoiler. Otro enlace aquí que creo que corresponde al momento real de la película.
Better Man ha sido un viaje al alma de Robbie Williams que me ha recordado por qué estaba tan obsesionada con él durante mi adolescencia. Aunque Take That me pilló un poco pequeña (pero los conocía a través de mis primas), desde que inició su carrera en solitario se convirtió en mi cantante favorito durante años.
Os dejo algunas de mis canciones favoritas y, ¡que viva Robbie Williams!
brenda forever 
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