Cada día (Every Day, 2018): intentando entender el final de este drama romántico adolescente

Cada día (Every Day, 2018) es una cinta romántica fantástica y juvenil dirigida por Michael Sucsy (13 razones) que está basada en la novela homónima de David Levithan (primera de la trilogía que se completa con Another Day y Someday). Se estrenó en 2018 y va de una chica llamada Rhiannon (dice que odia su nombre porque lo confunden siempre con Rihanna, jeje) que se enamora de un ¿alma? que despierta cada mañana en un cuerpo distinto. La tenéis en Prime Video y aquí voy a contar qué me ha parecido y voy a intentar explicar el final. Cuando lleguen los spoilers, aviso.


Para empezar, os diré que la peli merece la pena tan solo por disfrutar de la encantadora presencia e interpretación de Angourie Rice (Rihannon), actriz australiana la que habéis podido ver ya en un puñado de producciones: el remake de Mean Girls, la trilogía Spider-Man de Tom Holland, Dos buenos tipos, el 3×05 de Black Mirror (Rachel, Jack and Ashley too), Mare of Easttown o esa serie con Jennifer Garner donde hay muchos secretos y no he llegado a terminar. Para continuar, debo admitir que la trama me intrigó muchísimo, algo así como un Quantum Leap con amorío adolescente de por medio, ¿cómo harían los enamorados para acabar juntos si uno de ellos cambia de cuerpo y circunstancias cada día? Retorcer el concepto Atrapado en el tiempo es algo de lo que nunca me canso.

Ahora bien, por muy bonita que sea la primera media hora la cosa empieza a torcerse cuando las situaciones no se exploran cómo deberían (cuando «A», ese alma que va saltando de cuerpo cada día, despierta como una persona invidente, ¿por qué no vemos cómo sería ese interesante día y lo meten en un montaje? ¡Ojalá eso esté en la novela!) y cuando empiezan a acumularse demasiados «esto pasa porque nos conviene que pase» (me daba la sensación de que la película era uno de esos profesores azorados porque tienen que cubrir mucha materia y van mandando a la clase que «el resto de este tema os lo leéis en casa» para así poder cumplir con lo que marca el plan educativo…). Así que, para terminar, tengo que decir el final me ha dejado un poco a cuadros.


SPOILERS!!! No, en serio, voy a destripar el final, así que GET AWAY!!! Al final, «A» encuentra el cuerpo de un tío chachi que sí «se merece» estar con Rhiannon y decide dejar de buscar a la chica cada mañana (solo puede ocupar cuerpos de personas que están próximas al último cuerpo ocupado) porque no puede seguir saboteando la vida de la gente a la que «ocupa» (estos suelen no recordar nada del día que han «prestado» su cuerpo a «A», lo que genera problemas con sus parejas, familias, trabajos, etc., aunque esto apenas se toca en la película). Además, «A» dice que qué pasará cuando despierte en el cuerpo de una persona casada, o si quieren tener un hijo, o si en caso de tenerlo esa persona también será una asalta-cuerpos como él (o ella, no se establece un género, aunque la balanza se inclina más por los chicos)… vamos, que es un pifostio y que su relación no tiene ningún futuro. Lo curioso, o lo que a mí no me ha acabado de encajar, es que cuando «A» se despide y se pira muy lejos de Rhiannon (para que sus saltos de cuerpos ya no pueden acercarse a ella ni de lejos)… ¡¡la chica inicia una conversación muy flirty y amistosa con el chico cuyo cuerpo fue el último ocupado por «A»!! O sea, que acaba con «A» de refilón. Es en plan: «A» ocupa el cuerpo de Señora Comprando Jureles, Panadero de la Esquina y Male Model y, ¿con quién nos dice la peli que iniciará una relación Rhiannon una vez que «A» desaparece de escena? ¡Con Male Model! Hombre, por supuesto, no se va a enamorar de Señora Comprando Jureles… o sea, que muy bien lo de «me enamoro de la persona, no del género» para acabar de la forma más (hetero)normativa posible. Que, a ver, yo a esto no le presto especial atención, pero creo que la peli vende un discurso todo el rato para llegar al final y cambiar de golpe y porrazo todo su discurso.

El guión que adapta la novela es de Jesse Andrews (autor así mismo de otra novela teen adaptada al cine, Yo, él y Raquel -de la que ya hablamos aquí-) y no sé si habrá tenido que arar mucho, pero la película habría agradecido un poco más de metraje para que las situaciones respiraran, los personajes tuvieran más dimensión, y se pudiera explicar un poco más de dónde sale cada cosa: ¿de dónde viene este alma salta-cuerpos? ¿por qué a veces puede quedarse en un cuerpo más tiempo que un día y otras no? ¿cuáles son las reglas que rigen este universo (en este sentido, me ha recordada a la precipitada pero divertida Jumper)? El principio es intrigante, está bien comenzar in media res, pero una cosa es eso y otra que el espectador escriba el guión de la película en su cabeza. En fin, un drama teen tierno, bienintencionado pero finalmente fallido que se puede disfrutar gracias a la buena labor de su reparto, además de la prota están muy bien Justice Smith, Jacob Batalon o Debby Ryan, la protagonista de aquella serie que no me gustó pero ni un poquito.

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