Mi vida con los chicos Walter: Amoríos teen en los maizales

No sabía cómo titular esto, yo que sé, el caso es que Mi vida con los chicos Walter (My Life With The Walter Boys, Netflix) es una serie teen de la que me había hablado mi amiga Brendita, sobre todo por los memes y comparaciones que se hacen de ella en redes con El verano en que me enamoré. Así que me puse el primer capítulo para ver de qué iba toda la vaina y… oye, aquí hay serie.

Mi vida con los feísimos chicos Walter


Antes de nada, os digo que Mi vida con los chicos Walter se sube a esa ola de productos teen «amables y sin cosas sobrenaturales» que parece estar cambiando el rumbo de estos productos en cine y tele: la Saga Culpa (con su excelente variante inglesa) que en breve estrenará su tercera parte, las múltiples adaptaciones de historias de Wattpad a películas (como esta) o la ya mencionada de Belly-Conrad-Jeremiah han vuelto a poner de moda los dramas adolescentes… solo con dramas adolescentes, sin vampiros, extraterrestres venidos de Krypton, asesinatos, fantasmas, etc. Veremos lo que dura la tendencia; yo, sin duda, estoy disfrutando este back to basics. Tanto es así que me puse el piloto de esta serie en plan «vamos a verla de fondo para descartarla» y va a ser que no, va a ser que voy a seguir con ella. Ya veremos cuánto.

Triángulo escaleno (o isósceles o como se llamara el de todos los picos iguales)


Mi vida con los chicos Walter (que se estrenó a finales de 2023 en Netflix -este verano se ha estrenado la segunda temporada y en 2026 llegará la tercera-) adapta el libro homónimo de Ali Novak (originalmente publicado en Wattpad, mira, otra que tal baila) y va de Jackie, una pijilla de Nueva York (adiós, Upper East Side) que se queda huérfana y tiene que irse a vivir a Colorado (hola, ranchos, hola, caballos, hola, música country, hola bailes con botas) con los famosos «Walter boys», que son como 300, pero los que nos interesan son el rubio y «malote» Cole (el bad boy salido de algún catálogo de moda -¿de dónde sacan a estos chicos?-) y el moreno y sensible Alex (un chico timidillo salido de la escuela de «te amo en secreto, chica recién llegada»). Ambos expresan su interés por Jackie ya en el piloto y la chica pues, a ver, también le pone ojitos a alguno de los dos. ¡Ya tenemos el triángulo montado!


Yo os la recomiendo porque es blandita, tranquilita, relajada… algo así como una chill pill tras el frenesí de emociones del final de The Summer I Turned Pretty (no, en serio, aquello fue too much). O la versión Hallmark y con unas gotitas de Yellowstone añadidas a la mezcla (a mí esto de que la serie transcurra en Colorado me parece muy divertido, le da un nuevo aire a las tramas teenager que ya hemos visto mil veces -ejemplo del piloto: lo de la serpiente-). Los actores tienen su gancho (veo a la chica como la parte más floja del triángulo, pero ojalá me coma mis palabras), los personajes tienen su gracia y todo este tono blanquito y pausado no se me ha hecho tan plano como pensaba. Es verdad que a la serie le falta una marcha, pero todo se andará. Además, ya tengo Team en esta lucha por el corazón de Jackie… y quiero ver si he elegido el caballo ganador.

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