James se convierte en Van Wilder Animal Party (algo que nunca dejó de ser -¿creías haber domado a la bestia, Ruby?-) y a la chica le da un bajón que se pone a llorar allí, en plena fiesta, como una magdalena y a mí como que me partió un poquito el alma, ¡¡James, te voy a cortar las piernas, deja de hacer llorar a esta chica!! Pero ya sabemos que esto del romance torturado es lo que se lleva hoy en día (a ver, se ha llevado siempre, pero lo de James & Ruby o nuestros Nick & Noah es llevarlo a unos extremos que madre mía…). Bueno, que ha vuelto Maxton Hall a nuestras vidas tras una larga espera (tan larga que el especial ese pre-segunda temporada me pareció una colosal pérdida de tiempo) y puedo decir que ha vuelto exactamente igual que se fue: dándonos droguita de la buena a todos los amantes del serial adolescente. Fotito de los chicos y vamos con la review (que escribo demasiado tarde pa’ toda la faena que tengo mañana y con el soundtrack de la primera temporada de la serie de fondo).

Así ven los perros Maxton Hall
Sin hacer spoilers, os diré que a James LE PASA UNA MOVIDA MUY GORDA que hace que entre en una espiral de pastis-cocaína-alcohol y desbarramiento general que acaba pasándole factura con Ruby, que bastante ha sufrido ya la chica como para venirle a primeras de segunda temporada con la misma mandanga de siempre. Stop right now thank you very much I need somebody with a human touch. La serie sabe que el meollo de su asunto está en sus dos magníficos intérpretes protagonistas (insisto en esto: un buen casting eleva hasta el cielo a tu producto teen –Los Juegos del Hambre– o la devalúa hasta niveles simplemente terrenales –Los Juegos del Hambre: Balada de pájaros cantores y serpientes-) y les da a ambos suficientes escenas para lucirse (también a él su escultural cuerpo, virgen santísima de dónde sacan a estos actores). Hay especialmente una secuencia, con ambos en el dormitorio de James, que es nivel agonía dawsónica tercera temporada (o la de Belly & amigos en su rush final); pensando en esto llego a la conclusión de que las series teen de hoy, es decir, las series teen de plataformas, tienen el maravilloso privilegio de soltar todo bombazos y mega-dramas, ¡con solo 6-8 episodios por año pueden darnos solo el magro! Y yo que lo celebro, oye.

Maxton Hall significa Te Miro Fuerte en alemán
Una regla de estas series es romper rápido a la pareja que deseamos que acabe junta para ponerle nuevos obstáculos. En este sentido, el 2×01 de Maxton Hall es ejemplar. Además, la llegada de un misterioso personaje al final del mismo promete sacudir la dinámica familiar de los Beaufort. El capítulo se ve bien, es bonito de ver, está bien interpretado, tiene la obligada fiesta teenager y un track de canciones gustoso (con los protas a cámara lenta aquí y allá sostenidos por la canción que toque). Yo de esto no me voy a cansar nunca. ¡¡James, que llamo a los Miami, ojo!!

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