Rob Reiner, gracias por todo

Anoche, de madrugada, nos sorprendía la noticia del fallecimiento del director de cine Rob Reiner y su mujer Michele. Ambos fueron aparantemente asesinados y las sospechas recaen en su hijo Nick, que había tenido problemas de adicción.

Rob Reiner ha sido actor y director de cine. Muchos le recordarán como el padre de Jess en la serie New Girl, pero los más cinéfilos le lloran hoy por su gran labor en la dirección y es que grandes películas de los 80 y de los 90 nos llegaron con él.

Cuando Harry encontró a Sally es sin duda la mejor comedia romántica que existe. La historia a la que dieron vida Billy Crystal y Meg Ryan en 1989 sigue siendo recordada por los amantes de este género. Sus escenas míticas han sido recreadas y homenajeadas en un sinfín de producciones y nos dieron unos personajes divertidos, originales y naturales de los que es imposible no enamorarse a pesar de todas sus imperfecciones. Es una película que personalmente, y a muchos de nosotros, nos ha marcado la vida.

Curiosamente, el final mítico de Cuando Harry encontró a Sally no se lo tenemos que agradecer a Reiner y Nora Ephron simplemente, y es que Reiner contó que la historia tendría un desenlace completamente distinto si durante el rodaje no hubiese conocido a su mujer, Michele Singer. En un principio, Harry y Sally no acaban juntos y la escena final sería ellos siguiendo caminos separados. Reiner que llevaba soltero durante años no tenía pensando un final feliz hasta que Michele llegó a su vida.

Cuenta Conmigo o La Princesa Prometida también fueron obras suyas y marcaron a miles de niños de los 80 y los 90 que lloramos con la amistad de esa panda de niños que caminaban por las vías del tren en busca de un cadáver y acabaron encontrando el verdadero significado de la amistad. O los que soñaron con cuentos de princesas valientes, galanes pillos y quisieron ser Iñigo Montoya vengando a su padre.

De todas sus obras geniales, todas disfrutables («esta noche me he cruzado con tus ojos», le decía un melancólico Bruce Willis a Michelle Pfeiffer en The Story of Us), yo quiero destacar dos. En uno de los miles de tweets tras su marcha, me pareció exagerado que alguien dijera que Rob Reiner dirigió «la mejor peli de juicios»… pero he estado pensándolo y, maldita sea, tras volver a verla hace apenas un par de meses, que me detengan, que alguien ordene el código rojo, si Algunos hombres buenos, con ese repartazo donde todo el mundo juega en equipo (Aaron Sorkin y Reiner se negaron a la presión del estudio por convertir a Demi Moore en «el interés amoroso» de la cinta), ese crescendo hasta esa explosión final de Tom VS. Jack; y esa excelente mezcla de idealismo y cinismo no es la mejor de todas. Alguna (peli buena) podrá igualarla, pero ninguna la superará. Una de esas que ya no se hacen.

Y qué decir de Misery. Mi novela favorita de Stephen King (junto con Carrie) es reformateada para conseguir algo inaudito: que, aunque sea por un fugaz instante, sintamos empatía por esa «fan número uno» que ata a la cama a su escritor favorito (ojalá ser una de esas «moscas en la pared» para ver cómo lo trabajaron Rob y Kathy Bates). ¡Y qué inteligente es en sus cambios, cómo trae a una cierta cotidianidad una historia algo más fantástica en el texto! Creo que eso, extraer lo mejor de sus actores e inyectar costumbrismo y realidad en las historias más hollywoodienses, es lo que más me gustaba/gusta/gustará de Rob Reiner, sin duda, uno de los grandes.

Hasta siempre y gracias por todo, Rob Reiner

PD: este artículo ha sido escrito por Pilar Baena y Juan Rodríguez del Rosal

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