Gossip Girl: Recap 3×01 "Reversals of fortune"

“Welcome back, Upper East Siders!”. Welcome back YOU, Kristen Bell!! La Gossip Girl de nuestra vida y nuestro corazón dice que este verano le han puesto el correo a reventar y que va directa al grano. Ok, then. “It´s never too hot”, le dice a una chica en una cafetería “Chuck…Bass” (con segundos de espera entre el nombre y el apellido, ya lo dice como si fuera James Bond el tío). La chica, que parece una réplica de Serena Van der Beek (la llamamos así en homenaje a Dawson), le dice que no se cree eso de que tenga novia, que “Chuck Bass don´t do girlfriends”, y que si no tiene limusina pues tendrán que buscar otro sitio donde frotarse y eso… La Serena-replicate se lleva a Chuck de la manita a vete tú a saber dónde a hacer vete tú a saber qué (un hotel, sexo).

 “En cuanto a una rubia de piernas largas en la piscina de los Hamptons…”, nos vamos a por Jenny y Aaron Carter, el hermano de Serena que ya pueden pasar 30 temporadas y 23 cambios de look que siempre será lo que es: un pardo bazán de tomo y lomo. Aaron Carter (ever parder than the Backsteetboy singer´s brother) le pregunta a Jenny: “¿Estás segura de que tu padre no lo sabe?” y la otra: “No lo sabe, escondimos todas las pruebas. Dan está demasiado liado mirando sus libros de universidades y me metí en su portátil para desactivar su alerta de Google de Serena Van der Beek”. ¡Menuda pájara la Jenny! Y parecía tonta cuando la compramos.

Nate llega en su helicóptero privado (¡chúpate esa, Cristiano Ronaldo!) y cuando le abren la puerta, ¿sabéis qué hace el gachó? ¡Comerle la boca a una morenaza que NO es Vanesa! Claro que sí, Nate. Aterrizando en helipuertos y trajinando con desconocidas. You are the man (not so man as Chuck Bass, but to some extent). Luego, en un diálogo expositivo algo chungo (pero no tan chungo como los del piloto de “Melrose Place”), la morenaza le cuenta a la audiencia cómo se conocieron: perdió su vuelo en el aeropuerto de Heathrow y acabó en el mismo avión que Nate, justo a su ladito. Puff, esta historia de amor es aburrida ya desde los orígenes. Luego Nate le dice que necesita saber algo de la chica para continuar con su relación, que no sabe ni su nombre ni nada sobre ella (no, really, take that, Cristiano Ronaldo!). La morenaza le pasa el periódico, Nate ve la portada y pone morros al descubrir que habla del politiqueo del Senador Buckley… La chica le pregunta si es que tiene problemas con el Senador Buckley (yo a todas mis novias siempre les pregunto qué opinan de los senadores) y Nate empieza a rajar de lo lindo… La chica gira la cabeza y ve el apellido que hay escrito en el cartel de los conductores de limusina: “-Oh, Dios mío, eres Nate Archibald… -Y tú eres Bree Buckley”. Toma sorpresa. Quién lo iba a decir salvo los guionistas, ¿eh?

Chuck se ha llevado a la Serena-réplica a su vera sólo para que llegue Blair Witch y le pille con las manos en la masa. Blair lo flipa, que qué invento es éste, Chuck dice “puedo explicarlo” y que la chica sabía que él tenía novia. Blair la toma con la pobre Serena-réplica y le dice que puede que tenga la contraseña del castillo de George Clooney en el lago Como, pero que no se liga a tíos que tienen novia, que si no tiene orgullo o respeto por sí misma. La Serena-réplica, que aún iba por lo del castillo de George Clooney, está fipada y sin respuesta. Blair prosigue su tunda verbal: “Ahora coge tu pelo de chica americana y tu piel sin poros ¡y vete!”. Ante eso, señores, no queda otra que decir “adiós, buenas tardes” y cerrar la puerta por fuera. Con la Serena-réplica de vuelta a su hogar (o al castillo de George, why not) Blair y Chuck se devoran a besos como si lo que acaba de pasar fuera algo habitual en sus vidas. “Han pasado tres horas, te he echado de menos”, y se zampan los morros mutuamente. Pareja de enfermos. Entrañable pareja de enfermos.

Páginas: 1 2 3 4 5 6