Smallville: Recap 9×03 "Rabid"

Clark se despierta atado a una camilla, que está dentro de una gran bóveda parecida a donde reparaban a Kitt en el remake de “El coche fantástico”. No vayamos a lo fácil y digamos que “Smallville”, como aquel remake, no carbura. Oh, vaya, ya lo he dicho. Clark ve una jeringuilla que gotea ¿kriptonita?… pero pasa de ella y coge un teléfono móvil. Leemos un SMS de Oliver Queen: “La he perdido”. ¿La razón de tu personaje para permanecer en la serie? You bet. Clark sale de la bóveda y el exterior parece como una ciudad en una película de zombies: ni un solo bicho viviente, coches abandonados, un calor de mil demonios… No hagamos analogías entre películas de muertos vivientes y “Smallville” diciendo que ésta serie camina entre los vivos pero está muerta. Oh, vaya, ya lo he dicho.

Clark va al Daily Planet en busca de Lois, pero aquello está más cochambroso que la redacción de La Razón. Vemos la marca de una mano ensangrentada en un cristal y destrozos varios. Lois, de espaldas a Clark, está haciendo unas copias en la fotocopiadora. Clark la llama un par de veces, pero Lois no responde. Al rato, Lois se da media vuelta… ¡dejando ver su rostro de zombie ensangrentada! Lois se lanza hacia Clark y… créditos. Ay, madre, “Smallville” se adentra en el territorio zombie. This is way beyond jump the sark.

Antes de toda esta hecatombe (en todos los sentidos), Clark y Lois pasan el viernes noche en la redacción del Daily Planet. Ya sabéis, haciendo como que trabajan. Ya sabéis, como todo hijo de vecino que curra con un ordenador delante. Que si el Messenger, que si el Facebook, que si voy a actualizar mi blog, que si voy a ver las imágenes del día de Edmundo.es, y te plantas en las doce de la mañana y no has dado un palo al agua. En fin, que Clark le dice a Lois que parece un poco “depre” (él dice “you seem a little off”, que debe ser una expresión parecida), y Lois le dice que The Blur lleva una semana sin hablar con ella. Clark, al mejor estilo Dean Cain en “Lois & Clark”, le dice que no sabía que Lois y The Blur estuvieran viéndose. Lois dice que no se están viendo, pero que “tiene esperanzas”. Clark esboza una sonrisa. Luego, Lois dice que necesita un café y al nanosegundo Clark se lo ofrece. Al momento, Clark ve una persecución en una autopista por la tele y, para hacer que Lois se pire, le enfría el café en su “super-soplido” (¿?) y Lois le reprocha que el café está helado y se pira a por otro. En serio, ¿no podríamos considerar ahora mismo a esta serie como un remake de “Lois & Clark”?

The Blur detiene a la moto que iba a topecientosmil por hora, el que la conduce no es otro que Oliver Queen. El tío, que parece la peor novia celosa del peor comentario machista (como éste), está mosqueado con The Blur por cómo acabó todo aquello de Doomsday. The Blur dice que si necesita oírlo para quedarse más tranquilo, ahí va: “Debí hacerte caso en lo de Doomsday”. Oliver antes le ha espetado una frase con cierta chicha: “Supongo que Dios tiene un sentido del humor enfermizo… Ups, perdona, no debería usar tu nombre en vano”. El tema de la deidad de Superman, que Bryan Singer intentó explorar en “Superman Returns” fracasando estrepitosamente y hundiendo las posibilidades cinematográficas del personaje durante unos cuantos años. Thaks for that, Bryan. Ojalá te caiga un piano en la cabeza. Estábamos con Oliver Queen, que sigue soltando puyas por la boca: “¿A qué viene esa “S”? ¿Significa “Superstar”? ¿Quieres empapelar toda la ciudad con tu símbolo de superioridad? ¿Quieres salvarnos a todos?”… el tío hace más preguntas que Lorenzo Milá. Luego vuelve a ponerse el casco y reanuda la marcha con su Ducati trucada. Un coche de la policía le persigue. Qué final de secuencia tan chungo.

Tess está en la mansión Luthor así como con un poquito de miedo, que se convierte automáticamente en un poquito de pis en la ropa interior en cuanto un zombi (sí, sí, un zombi) irrumpe por una ventana, puerta o espejo (no pienso rebobinarlo para saber qué cosa de las tres… “rebobinar”, qué antiguo suena, ¿eh?). El zombi se come a bocaos a un tío de seguridad y Tess sale por piernas… Lo que pasa es que ellos son más y la acorralan en su despacho, donde la moza se arma con una espada samurai de esas que cuelgan por allí y empieza a cargarse a un zombi tras otro como si fuera el jodido Wesley Snipes en “Blade”. En serio, un día tendrán que explicar porqué todos los personajes en esta serie saben artes marciales y técnicas de combate cuerpo a cuerpo. Los zombis, la verdad, dan el pego. Me parece que están bien hechos… aunque también me parecen bien hechos los de la feria de mi pueblo, así que no toméis mi juicio como algo categórico. Los zombis son más bien “28 días después” (infectados locos que corren como gamos) que “La noche de los muertos vivientes” (zombis que andan más lentos que el caballo del malo).

Páginas: 1 2 3 4