He empezado la serie Heartstopper, la adaptación del cómic de Alice Oseman por parte de Netflix, con el pensamiento de «esto no es para mí, estoy demasiado muerta por dentro» y he acabado con las lágrimas saltadas y diciendo «awww» todo el rato.
Esta serie nos cuenta la relación entre Charlie y Nick, una joven pareja adolescente que empieza a descubrir el amor y sus identidades sexuales entre los pasillos del instituto; un lugar seguro para algunos, pero no para aquellos que se sienten diferentes.
Salir del amario o fingir ser quien no eres para adaptarte a la corriente por la que te llevan los demás, es uno de los temas principales de la serie. Pero, principalmente es una hostoria teenager de amor que ahonda más en la parte romántica que en el drama de convivir en un ambiente homofóbico.
El asunto está ahí, porque es ingenuo hacerlo de otra forma, pero es bonito y reconfortante tener una serie en la que se trate un argumento LGTBI de forma alegre y feliz. El mundo es horrible a veces pero también hay gente maja y esperanza. Heartstopper se centra en esto y acierta de pleno.
No entre en su día en los cómics por el mismo pensamiento de «esto no es para mí», pero tras el chute de optimismo que me ha provocado la serie y lo corto que se me han hecho los ocho episodios, quizá debiera darles una oportunidad.

¡Hola!
He finalizado la serie hace apenas unos minutos y me ha parecido una preciosidad. Qué pareja más bonita 🙂
¡Saludos!
Laura
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